Propuestas sociales para la reactivación de actividades económicas en el Perú

El Perú está afrontando uno de los más grandes deterioros de la economía, la vida social y la salud mental de los ciudadanos; sin mencionar las pérdidas humanas causadas por el virus como tal. El Minsa ha realizado un llamado a un grupo de científicos sociales que tienen la misión de prever, recomendar y plantear políticas y protocolos que permitan la salida a la población económicamente activa reduciendo aglomeraciones y contagios. Así lo aclaró Fernando Vivas, periodista y analista político: «hasta el momento ya han elaborado una matriz de actores sociales y ámbitos de socialización con el objetivo de analizar los comportamientos de dichos actores sociales en cada espacio y poder estructurar estrategias diferenciadas».

Asimismo, como explica el especialista en Salud Pública, Elmer Huerta, estamos entrando a lo que The Enterprise Institute de EE.UU ha denominado en su plan estratégico para salir de la situación de distanciamiento social, como la Fase II que tendrá su fin probablemente cuando se encuentre un tratamiento eficaz. Esta fase consiste en la reapertura progresiva, activando la economía, abriendo negocios y centros de trabajo principalmente.

Recordemos que bajo riesgo no significa ningún riesgo. En teoría, cualquier lugar donde las personas se unan o tengan contacto con superficies compartidas podría ser una oportunidad de transmisión. Por tanto la pregunta es, ¿cómo pasar con cuidado de una fase de distanciamiento físico estricto (fase I) a una fase de reapertura por etapas (fase II)? Las decisiones deben resguardar la salud y la seguridad de los ciudadanos.

El Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud publicó un reporte sobre los principios de salud pública para una reapertura gradual. En él, se habla sobre la jerarquía de controles que es un concepto utilizado por el instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) como marco para identificar controles para riesgos de trabajo potencialmente dañinos. Actualmente, bajo esta coyuntura, se trata de una jerarquía modificada de controles, para fines de COVID-19.

Son cuatro los principios que resultan útiles para evaluar la efectividad de los controles para COVID-19 y para identificar el impacto que esas medidas pueden tener para disminuir la probabilidad de transmisión. Tengamos presente que nos toca sobrellevar esta situación por primera vez, así que nadie sabe a ciencia cierta cómo hacer para salir. Para entender mejor los principios, pondremos como ejemplo al rubro gastronómico.

  1. Distancia física: siempre que sea posible que las personas trabajen o accedan al negocio desde casa. Conlleva además una reestructuración para minimizar el número de personas que necesitan estar físicamente presentes. Los restaurantes están próximos a atender vía delivery. Se deben minimizar los procesos y el personal requerido. Un encargado de recepcionar los pedidos y rediseñar la forma de recogida y entrega de los productos. Deberían ser únicamente los cocineros quienes manipulen los alimentos.
  2. Controles de ingeniería: creación de barreras físicas entre las personas. Lo que implica nuevos protocolos de atención al cliente. Se deberán hacer ajustes en el modo y tiempo de preparación para de ese modo reducir el tiempo de espera reduciendo así la aglomeración del personal de reparto. Incentivar las formas de pago digitales.
  3. Controles administrativos: redistribución de responsabilidades para reducir el contacto entre las personas, uso de tecnología para facilitar la comunicación. Esto último implica mayor presencia digital además, de más canales de comunicación para hacer pedidos como el whatsapp business, servicios de delivery y pedidos por llamadas.
  4. Equipo de protección individual: uso de máscaras no médicas. Que se complementa con una actualización del protocolo de higiene y sanidad. No hay que olvidar que ahora se tratará con clientes más exigentes a lo que la higiene respecta.

Esta pandemia ha marcado un antes y un después en la visión que tienen las empresas. Se debe replantear hacia dónde se quiere llegar, que parte por una renovación de la confianza por parte del consumidor peruano. Esta confianza por ejemplo,  en el sector restaurantes y turismo será de vital importancia.

No es distancia social estrictamente hablando, es distancia física. Los sociólogos afirman que tenemos que incentivar una transición de la latina afectividad en el saludo (los largos y afectuosos abrazos) a la venia de las culturas orientales. No permitamos que ese metro de distancia nos quite ese ser social que somos por naturaleza.

Claudia Suárez, Administradora de Servicios por la Universidad de Piura.

Fuentes:

¿Qué sigue después de la cuarentena?, Elmer Huerta, especialista en salud pública. Pág.10, (19/04/2020). Diario El Comercio.

Sociología en vez de martillazos, Fernando Vivas, periodista y analista político. Pág 10 (20/04/2020). Diario El Comercio.

Public Health Principles for a Phased Reopening During COVID-19: Guidance for Governors. (17/04/2020). Johns Hopkins Center for Health Security.