Los museos modernos con realidad virtual

Kremer, el primer museo que solo existe en realidad virtual.

Los museos encierran mucha cultura, magia, huellas ancestrales de antepasados que narran nuestra historia. Sin embargo, cuántos de nosotros los visitamos. Quizá nos puedan parecer patrimonios estáticos, obsoletos, con horarios inconvenientes, rutinarios, compuestos por salas enormes con ecos de pasos solitarios en los corredores; sin mencionar el alcance limitado, puesto que los museos más importantes del mundo se reparten entre las principales capitales de los 5 continentes.

Por ello, los museos, al igual que las empresas, necesitan renovarse con una moderna personalidad usando herramientas de la era digital.

Imaginemos un museo en el que se realicen visitas virtuales o en el cual se implementen espacios para exposiciones de obras de arte en realidad virtual, un entorno digital al alcance de nuestras manos, que nos permitan navegar dentro de las obras inmateriales e interactuar con ellas. Sería muy atractivo para el público tener la combinación entre cultura y entretenimiento.

El espacio museístico claramente se está transformando y un preciso ejemplo de esto es el Museo Kremer, el primero en el mundo que existe únicamente en realidad virtual, la original idea nace de la colaboración entre el coleccionista de arte holandés George Kremer y su hijo, Joël Kremer. Este museo virtual cuenta con más de 70 pinturas de maestros holandeses y flamencos del siglo XVII, recreadas meticulosamente en un espacio excepcional.

Del mismo modo, en Londres se creó una exhibición fascinante de realidad virtual, en la cual los visitantes pudieron experimentar una inmersión completa en un modelo 3D del estudio artístico de Modiglianien París. También, el museo Tate Modern , ubicado en Inglaterra,desarrolló una recreación fiel del estudio del artista como lo habría sido hace 100 años.

Es increíble lo que ha logrado la modernización e incorporación de la realidad virtual a los museos. Gracias a ello, podemos apreciar de manera casi instantánea, réplicas de obras ubicadas en lugares remotos a los que no podríamos acceder fácilmente.

Otro beneficio es el de la interactividad, es decir, un dialogo entre el usuario y los contenidos; es una nueva forma de interactuar con lo artístico, haciendo que el público se involucre y se relacione con los contenidos de manera entretenida y educativa.

Algunos opositores de estos adelantos tecnológicos sostienen que, por el lado de lo arquitectónico, es el fin de los museos tradicionales tal como los conocemos, ya que, serán reemplazados por los virtuales. Sin embargo, como menciona la Dra. Laura Regil Vargas: “No creo que el espacio virtual necesite del final de la arquitectura para asegurar su existencia. Por otra parte, la brecha digital nos da cotidianamente suficientes evidencias para asegurar que uno no puede sustituir al otro.”

En conclusión, por lo antes mencionado, queda evidente la importancia de la tecnología para el museo moderno al momento de ofrecer una experiencia grata y diferente al público, usando como herramienta la realidad virtual.

Por mi parte seguiré disfrutando del grato placer de pasear por los corredores de algún pintoresco museo Limeño mientras deleito mis sentidos con un hermoso cuadro al óleo; del mismo modo que me encantaría poder experimentar una inmersión completa en 3D de uno de los exquisitos cuadros de Vincent Van Gogh, mi pintor favorito.